Hay que remontarse atrás en el tiempo hasta la década de los 90, en
el principio de la misma comenzaban a nacer una serie de canales de
televisión que completaban la escasa oferta televisiva de aquel entonces
constituida por Televisión española y La 2. Los nuevos entes privados
ofrecían desde su arranque una rica programación llena de contenidos y
programas dedicados a todos los públicos, desde informativos a películas
pasando por magazines y lo que más interesa a quien esto escribe, el
anime.
El año 1990 significó la llegada a nuestras pantallas de un verdadero
maremágnum de series de animación japonesa y marcó el inicio de la
instauración del anime y el manga en España. En aquellos años de
primeriza emisión, las televisiones recién nacidas necesitaban rellenar
parrilla con contenidos de bajo coste, formatos y espacios que no
supusieran un desembolso excesivamente elevado por si fracasaba ante la
audiencia y fue así como una tras otra se fueron emitiendo las distintas
series de anime que poco a poco se acabaron convirtiendo en clásicos
inolvidables.
Hay que reconocer que Televisión española ya nos dejaba previamente a
los 90 algunas de las series de animación que hoy más conocemos e
incluso fue la primera cadena en emitir la serie que nos ocupa, Saint
Seiya, no obstante nunca dedicó un especial interés en este contenido
pese a abrir la puerta a un éxito atronador para sus nuevos rivales.
La animación japonesa distaba mucho de los dibujos que por aquel
entonces reinaban en las pantallas, hay que recordar a los clásicos
personajes de Hanna Barberá y la Warner o las míticas “Dragones y
mazmorras”, “Thundercats” u otras tantas que seguramente ninguno ha
olvidado. Para empezar nos presentaban series de muchos tipos, de todos
los argumentos posibles, teníamos los imparables disparos de “Oliver y
Benji”, las valerosas guerreras que nos protegían del mal “Sailormoon”,
la misteriosa “Ranma”, parte chico parte chica o las disparatadas
investigaciones de “Lupin III”.
Ese nuevo concepto de dibujos animados, que creó polémica entre las
asociaciones de padres y demás colectivos con integrantes de importante
ignorancia, fue cubriendo poco a poco todas las cadenas hasta producirse
lo que se bautizó como el gran boom del anime en España, encabezado por
supuesto por la reina indiscutible del momento “Dragonball”.
Pues bien, entre todas ellas, se hizo hueco una serie más, un anime
peculiar donde los protagonistas vestían diferentes armaduras y luchaban
contra las fuerzas demoníacas, aquello se llamaba “Los caballeros del
Zodiaco”. Pronto su conocida canción llenaba los patios de los recreos
de los niños, quienes jugaban a ser alguno de los personajes
protagonistas. Todos hemos gritado “Por los meteoros de Pegaso” o “Por
la cólera del dragón” y aquello que aparecía como una más de entre
tantas y tantas opciones animadas se fue poco a poco convirtiendo en un
fenómeno de masas que provocó la llegada de multitud de merchandising y
productos como los clásicos muñecos de Ban-Dai, varios juegos de mesa de
Falomir, álbumes de cromos… que llenaban las estanterías de los
quioscos y tiendas compitiendo directamente con la reina absoluta
“Dragonball”.
Pese a que Televisión española ya había emitido tímidamente los 26
primeros episodios de esta serie, no fue hasta su emisión íntegra en
Telecinco cuando alcanzaría la popularidad que comentaba anteriormente y
es que se incluía en uno de los programas estrella de la cadena por
aquel entonces, “Superguai”, presentado por los incombustibles Miliki y
Rita Irasema. Se trataba de un formato completamente dedicado a
juveniles donde además de “Los caballeros del zodiaco” se emitían
“Oliver y Benji”, “Skippy el canguro”, “Los pitufos”, Lupin III”… y se
ofrecían secciones y espacios educativos y divertidos como aprender a
cocinar, superar los trabalenguas y diferentes concursos para ganar
consolas como la Megadrive (Jo!! que tiempos, contener la lagrimilla es
difícil).
Poco a poco la cadena amiga fue retransmitiendo serie tras serie
arrastrando a sus espaldas la dura batalla entre padres, asociaciones y
demás detractores que peleaban con uñas y dientes para que se dejase de
emitir aquello que tanto daño hacía a sus hijos, se llegó a decir
incluso que Los caballeros del zodiaco fomentaban la homosexualidad y
que aquello era perverso. Se interpusieron demandas, acciones legales y
demás estrategias ponzoñosas para destruir o retirar de circulación el
material que Telecinco emitía, pero afortunadamente la cadena aguantó el
tirón y continuó con sus emisiones pese a resultar muy dañadas varias
series como “Dragonball”, “Ranma” o la propia “Caballeros del zodiaco”,
que sufrieron potentes tijeretazos en sus metrajes y censuras brutales
para que sus niños estuvieran “protegidos”, habría que pensar si estos
tendrían que protegerse de los propios padres que los apostan delante
del televisor con un bocadillo de Nocilla para que no les molesten en
sus quehaceres diarios, recordar las estupideces de aquel entonces me
repugna.
Regresando a lo que nos ocupa, “Los caballeros del zodiaco” marcaron
un antes y un después en la televisión de España, tanto es así que la
propia cadena adquirió otras serias de estilo similar para intentar
llegar al mismo nivel de audiencia que los guardianes de Atenea y es que
muchos recordaran a “Los cinco samurais” de nombre original “Yoroiden
samurai troppers” que ni por asomo alcanzaron la misma cota de pantalla
que los caballeros.
Aquella era de felicidad duró poco más de año y medio ya que en 1993 se retiró de antena nuestra tan querida serie. Dicen las malas lenguas y los rumores, que las asociaciones consiguieron su propósito y se hicieron con el material, motivo por el cual estuvo tantos años sin volver a saberse nada de él, pero esto como digo es un rumor aunque se suele decir que cuando el río suena, agua lleva.
Aquella era de felicidad duró poco más de año y medio ya que en 1993 se retiró de antena nuestra tan querida serie. Dicen las malas lenguas y los rumores, que las asociaciones consiguieron su propósito y se hicieron con el material, motivo por el cual estuvo tantos años sin volver a saberse nada de él, pero esto como digo es un rumor aunque se suele decir que cuando el río suena, agua lleva.
La cosa es que pese a ser retirada de pantalla, los chavales nos
quedamos con aquellos meteoros de Pegaso y esas ediciones de grapa de
los comics que publicaba PlanetadeAgostini. Bien es verdad, que
tristemente las series que continuaron en antena como Dragonball u
Oliver y Benji y las recién llegadas series Sentai como Power rangers y
similares, hicieron que fuese quedando un poco en el olvido aquellos
caballeros que luchaban por la justicia y la diosa Atenea. Sumando a
esto el hecho que no se publicaba el manga y que los mencionados comics
de Planeta finalizaban en el mismo punto donde acababa la serie, algunos
llegamos a olvidar que aquella serie que fue referencia en la infancia
seguía existiendo y muchísimo menos pudimos pensar que algún día
regresaría con tal furia como lo hace en la actualidad.
Pues bien, fueron pasando los años, y con ellos llegaron las nuevas
tecnologías. A la par que las cadenas de televisión iban corrompiéndose y
llenándose de mierda televisiva dejando de lado al público infantil y
juvenil, nacía la red de redes Internet, que ofrecía una puerta abierta a
la investigación y un abanico de posibilidades para que aquellos que
teníamos en el olvido aquella serie de guerreros con armaduras
pudiéramos refrescar nuestros conocimientos, y de que manera.
La televisión se alejaba de la emisión de series pero las editoriales
iniciaban a explotar el mercado del manga y por fin editaron en nuestro
país la obra de Kurumada en su formato de papel, eso incluía la inédita
para muchos, saga de Hades y a partir de ese momento comenzó poco a
poco a producirse un fenómeno inédito, un movimiento a nivel
internacional que se reforzó con la aparición de los famosos videos de
Jerome Alquie, que disparó los rumores, las novedades y las esperanzas
de todos los fans que comenzaron a crear webs, clubs de fans… Todo con
el objetivo de hacer retornar aquella serie que marcó nuestra infancia. Y
asi fue.
Creo que es erróneo hablar del fenómeno de Saint Seiya en aquellos
años de primeriza emisión, más bien el autentico furor por la misma
llegó hace pocos años con la asombrosa resurrección alentada por un mar
de aficionados que gracias a Internet disfrutaban de una nueva
oportunidad para deleitarse con Seiya y compañía. Tal es la respuesta de
los fans por esta serie que a día de hoy, 25 años después de que el
maestro Kurumada le diese por dibujar a estos caballeros en papel, se
están realizando 3 nuevos mangas “Episodio G”, “Next Dimension” y “Lost
Canvas”; una nueva serie animada basada en este último título; la
reciente creación de la saga de Hades de la serie clásica; el tsunami de
muñecos y colecciones que Ban-Dai esta lanzando al mercado, tanto en
versión Vintage (reediciones de las antiguas figuras) o las versión DX
(Los myth Cloth)… Además de esto, se repuso la serie por el canal
Cuatro, en la propia Telecinco, y aún continua en antena por alguno de
los múltiples canales de pago que existen. También se han creado obras
alternativas como fanarts, videos, comics, artbooks y libros, como es el
“Universo por descubrir” de un servidor, Miguel Martínez.
En la actualidad el fenómeno Saint Seiya es devastador, tal es así
que se celebran actos dedicados a la serie, como las jornadas de doblaje
de Madrid o las actuales jornadas Damned. Los aficionados españoles
debemos estar orgullosos de ver como esta serie crece y aplasta
abrumadoramente a otras en lo que a desarrollo y renacer significa, ya
que se trata de un producto que durante años quedó en el olvido y que
son los propios fans los que consiguieron el prodigio de hacer que
resurja con tanta fuerza. No os quepa la menor duda que sin Jerome y su
equipo, sin los fans, sin la lucha de las webs que diariamente peleaban
por la serie y sin los esfuerzos extenuantes de unas personas concretas,
el resultado no sería el que ahora mismo tenemos.
En mi opinión, Saint Seiya ha marcado un hito, ha engendrado toda una
generación de aficionados y ha introducido mágicos elementos en el
mundo del anime, que aportan un sentimiento especial hacia todos y cada
uno de los personajes que intervienen en la serie. Con Lost Canvas se
inicia una nueva etapa, hacemos evolucionar la serie y arrastramos a
nuevos jóvenes y aficionados al anime que, aunque no sean conscientes
del valor sentimental y nostálgico que nos trasmite a algunos, si que
quedarán prendados de unos personajes maravillosos y una historia
mágica. Lo se, hoy existen muchas más series que antes, muchos más
canales de televisión y muchas más formas de “disfrutar” este hobby y
puede que en alguna ocasión se me pasara por la cabeza que este
movimiento nos involucraba únicamente a los fans más veteranos. Pero un
día vi a un pequeño de no más de 7 años, corriendo por un parque de mi
ciudad y lanzándole a un compañero de juegos un meteoros de Pegaso, a
escasos metros de él un par de niños intercambiaban cromos de la serie y
unos meses después, en las fiestas del carnaval, abundaban los jóvenes
disfrazados de Seiya o Shiryu. Esto me provoca en mí un irremediable
sentimiento de nostalgia, cariño y orgullo. Nostalgia porque esa serie
es la de mi infancia y varios años después sigue presente; cariño porque
me transmitió mucho más que ver a unos dibujos pelearse, me inculcó
valores morales, cultura, amistad… y orgullo porque, sin quererlo, formo
parte de todos los que hemos provocado que ese niño que corre por el
parque de mi ciudad lance un “meteoros de Pegaso” sin percatarse que eso
lo hemos hecho muchos años antes que él, unos niños grandes. ¿Habéis
sentido alguna vez el cosmos? Yo sí.
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